BRUSELAS- GANTE - BRUJAS. DESCUBRIENDO FLANDES...
Viajar a Bruselas, Brujas y Gante en Navidad es como vivir un cuento. Era uno de esos viajes pendientes, y el año pasado tuvimos la oportunidad de descubrir los rincones con más encanto de estas tres ciudades, durante 4 días.
Volamos con Vueling hasta el aeropuerto de Zaveten, el más cercano a la ciudad de Bruselas.
Aunque nos gusta organizar bien nuestros viajes, estos cuatro días nos dejamos llevar por el aroma a chocolate, las cervezas belgas y sus bonitas fachadas flamencas. Habíamos hecho previamente la reserva de los hoteles en las diferentes ciudades y lo único que teníamos claro es que nos desplazaríamos en tren de una ciudad a otra, ya que están muy bien comunicadas y a distancias cortas las unas de las otras. En este enlace podréis consultar el horario de los trenes y el precio de los billetes: www.belgianrail.be
Hicimos noche en las ciudades que visitábamos durante el día, porque de esta manera teníamos la oportunidad de conocerlas de día y de noche
Ciudades que visitamos:
* Bruselas
* Gante
* Brujas
A continuación tenéis una pequeña guía de cada ciudad, para que no os perdáis nada y podáis disfrutar al máximo de vuestro viaje. A nosotros nos encantó!

Día 1: BRUSELAS
La primera parada de nuestro viaje fue Bruselas. Para llegar a la ciudad desde el aeropuerto tenéis varias alternativas, nosotros decidimos ir en autobús, pero también disponéis de tren, autobuses lanzadera y taxis. Tal como llegamos dejamos las maletas y nos fuimos a descubrir el casco antiguo de Bruselas, ya que sólo teníamos la tarde, porque al día siguiente viajábamos a Gante.
Aunque Bruselas no era el principal objetivo de nuestro viaje, sino ciudad de tránsito para descubrir Brujas y Gante, mereció la pena la parada solo por disfrutar de la inmensidad y la belleza de la Grand Place.
Cosas que hacer y ver en Bruselas si dispones de poco tiempo:
- Grand Place: teníamos muchísimas ganas de ver la Grand Place y sus alrededores, es el corazón de la ciudad y el mayor atractivo para los viajeros que llegan a la ciudad. Creo que no exagero si digo que es una de las plazas más bonitas de Europa. Y tengo que decir que fue uno de los grandes momentos del viaje. No solo porque la plaza, patrimonio de la UNESCO, es espectacular y su arquitectura impresiona, sino porque a los 5 minutos de entrar cuando habíamos empezado a sacar la cámara empezaron a sonar unas notas musicales y la plaza se llenó de luces y sonido. El espectáculo que duró unos 15 minutos logró emocionarnos, y no sé si es porque nos pilló por sorpresa, porque la arquitectura de la plaza impone, porque estaba con la felicidad metida en el cuerpo por estar de viaje o por el ambiente navideño, pero recuerdo estar allí en mitad de la plaza y me sentí muy afortunada de haber vivido ese momento (luego descubrimos que era el último día que se hacía, así que nos sentimos doblemente afortunados). A veces, no organizar un viaje te da este tipo de sorpresas.
Si estáis en la ciudad no os podéis perder el espectáculo, porque merece la pena ver como la plaza se transforma al ritmo de la música y las luces. Este año se puede disfrutar del 25 de noviembre hasta el 1 de enero de 17 a 22:30h, cada 30min los fines de semana y cada hora de lunes a jueves.
En la misma plaza, a la izquierda del ayuntamiento (Calle Charles Buls), encontraréis una estatua de bronce de Everard´t Serclaes, dicen que todo aquel que toque su brazo tendrá suerte, así que no está demás que os acerquéis a comprobarlo por vosotros mismos.
- Mercado Navideño: Cuando acabó el espectáculo callejeamos por las calles más próximas a la Grand Place y encontramos un bonito mercado navideño, entre la iglesia de San Nicolás y la Bolsa de Bruselas (las fechas del mercado coinciden con las del espectáculo de la Grand Place). En el mercado encontraréis puestos de comida, artesanía, vino caliente...
- Chéz Leon (Rue des Bouchers. Calle de los restaurante por excelencia): Para cenar nos decantamos por un clásico de la ciudad, el Chéz Leon, donde pudimos degustar unos deliciosos mejillones, acompañados de una buena cerveza y patatas fritas, que como descubriréis son otras de las grandes protagonistas de la gastronomía belga. Dejamos sitio para el postre y decidimos buscar un local de gofres, ya que de camino al restaurante habíamos alucinado con los escaparates y el gran surtido que ofrecían. No te puedes ir de Bruselas sin comerte uno o más de uno! Están deliciosos!
- Manneken Pis (entre las calles L'Etuve y Chene): El niño meón decepciona por su tamaño, pero es un clásico de la ciudad y va cambiando de ropa, así que llegaréis con la intriga por saber qué modelito llevará puesto. Si tenéis tiempo y la decepción aun os ha dejado ganas de seguir explorando, también podéis buscar su versión femenina, la Jeanneke Pis (Impasse de la Fidélité 10-12). Nosotros teníamos tanto frío que la dejamos para otra visita.

Aunque la ciudad ofrece otros atractivos, el día siguiente nos esperaba Gante y tocaba madrugar.
Día 2: GANTE
Nos despertamos pronto y salimos rumbo a Gante. Cogimos el tren que iba directo, en la estación Midi por ser la más cercana a nuestro hotel, aunque desde las tres estaciones de la ciudad salen trenes hacia Gante. Compramos el billete directamente en la estación. Los trenes pasan aproximadamente cada 30 minutos desde las 6 de la mañana hasta las 23:30h, y el trayecto dura poco más de media hora. El traslado se nos pasó volando mirando el paisaje y acabando de planear la ruta del día.
La estación en la que tenéis que bajar es Gent-Sint-Pieters, está un poco alejada del centro (unos 30 minutos caminando) por lo que para llegar puedes coger el autobús o el tranvía Nº1. Nosotros nos decantamos por éste último y en unos 15 minutos estábamos en en el centro de Gante. Te deja junto al castillo de los Condes de Flandes y la oficina de turismo.
De Gante os puedo decir que nos enamoró! Habíamos leído que era una ciudad bonita y que merecía una visita, pero no esperábamos disfrutarla tanto! Fue una gran sorpresa y se ha colado entre mis ciudades favoritas de Europa. Merece una visita de uno o dos días, aunque en un día puedes ver los sitios más emblemáticos.
Si profundizáis en la historia de la ciudad descubriréis que el pasado de Gante está íntimamente ligado con la historia de España, ya que en la ciudad de Gante nació el hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso, Carlos V (Carlos I de España). Como curiosidad os diré que nació en una letrina. Y tuvo un papel decisivo en la historia de Flandes.
El centro histórico de Gante es pequeño y acogedor, y la mejor forma de recorrerlo es a pie, ya que tiene grandes zonas peatonales. Sus canales, puentes y sus bonitas fachadas flamencas harán que vayáis parando a cada momento, avisados estáis! Os dejo aquí una lista de los imprescindibles de la ciudad.

Cosas que hacer y ver en Gante:
- Puente de San Miguel (Sint-Michielsbrug): Parada obligatoria para obterner una bonita perspectiva de la ciudad. Será difícil que no os acabéis enamorando de las vistas... Podréis ver las tres grandes torres que presiden Gante, y los muelles Korenlei y Graslei. Nosotros hicimos la parada en el puente mientras comíamos bombones artesanos, así que guardamos un dulce recuerdo de este lugar. Lo tengas preparado o no, es un punto de parada obligatoria!
- Muelles Korenlei (muelle del trigo) y Graslei (muelle de las hierbas y las hortalizas): eran los principales puertos de la ciudad. Desde estos dos muelles, cada uno a una orilla del río tendréis unas de la imágenes más bonitas de Gante. Podréis ver el esplendor arquitectónico de la ciudad, sus casas gremiales, sus fachadas barrocas, y el ir y venir de los ganteses y turistas. Es un punto de la ciudad recomendable para ver de día y de noche. A orillas del río encontraréis una gran variedad de restaurantes, que aunque no son baratos ofrecen una imagen de postal.



- Torre del campanario (Belfort): es uno de los grandes símbolos de la ciudad y unos de los campanarios más altos del mundo, por lo que la panóramica de la ciudad es espectacular. En la antigüedad desde ella se daban avisos a la población en épocas bélicas o de festejos.
- Catedral de San Bavón: En ella además de encontrar un incréible interior abovedado encontraréis una de las grandes obras de la pintura flamenca creada por los hermanos Van Eyck: La adoración del Cordero Místico (la entrada para ver la obra se paga a parte). Esta obra ha sido robada en varias ocasiones. Una de ellas por Napoleón, quien se la llevó al Louvre y una segunda vez, por los Nazis durante la II Guerra Mundial.
- Barrio Patershol: es el barrio más antiguo de la ciudad y uno de los más bonitos. Sus calles invitan a perderse sin rumbo. A cada paso encontraréis tiendas antiguas con escaparates espectaculares y muchos restaurantes y galerías de arte. Las calles son estrechas adoquinadas y aun conservan sus fachadas medievales originales. En este barrio no os podéis perder la Calle Kraanlei. Una calle con mucho encanto, en la que puedes pasear bordeando el río Leie y puedes observar fachadas realmente bonitas. Desde esta calle atravesando el canal por el puente Zuivelbrug, llegaréis a la Vrijdagmarkt, una de las plazas más antiguas de la ciudad, rodeada de bellos edificios, en la que cada viernes por la mañana se celebra un mercado de segunda mano.